domingo, 20 de marzo de 2016

Ideas unidas en un sentimiento.

Sientes estar en un capullo de mariposa: Suave, ligero, delicado, tenue, invisible, frágil. 

Burbuja efímera, destello de la irrealidad, arcoíris de gasolina, imaginación de la naturaleza.

Cierras los ojos: 
sus dedos recorren tu espalda,
sus labios besan tu hombro,
su pelo entre tus dedos,
sus pies juegan con los tuyos.

Necesidad constante y sofocante. Recorrer cada centímetro de su piel, de su alma, de su mente.

Una niebla invisible
que te atraviesa,
que te envuelve,
que te atrapa.

Calor o frío, sudor o lágrimas. 

El deseo está bailando encima de ti,
tú solo sigue el ritmo.

La pasión y el dolor de la mano,
desenfreno de suspiros,
ojos brillantes,
latidos acelerados.

Morderse el labio,
apartarse,
alejarse,
autocontrol.


Oscuridad y luz que en pequeñas dosis te abruman.

Es miedo, 
miedo a la desaparición,
miedo a la pérdida,
miedo a la caída,
miedo al vacío.

Es locura, 
dentro de ti,
cambia,
descontrola,
confunde.

Sentidos y alma. Su voz, su aroma, su imagen, su piel, su sabor, su luz. 

Su compañía o su recuerdo,
su presencia y su ausencia,
su cariño y su indiferencia,
su cercanía y su distancia,
su odio y su amor,
su conocimiento y su ignorancia.

A su marcha lo arrastra todo,
un tornado que desata emociones.

Cristal y plumas,
rapidez y lentitud,
calma y nerviosismo,
inseguridad.

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