sábado, 17 de diciembre de 2016

Reconstrucción tras el terremoto.

Cuando te duele el alma de tanto reconstruirla tras el terremoto.

Ese tornado te revolcó en su cama,
te arrancó las sabanas de las manos,
te violó la voz,
te quebró las esperanzas.

Tu fuerza se fusionó con la pared,
ese golpe,
y ahora
no puedes separarte.

El muro te consume,
crecen enredaderas,
besan tu brazo,
llegan hasta el cuello.

Te ahoga el temporal,
el tiempo se destruye,
las manillas flotan,
fragmentos de cristal.

Fluye como el agua en los tejados,
escalofríos,
cataclismos de soledad,
impiden pensar.

Y el sonido del piano,
chirría la madera,
gritan las cuerdas,
lloran sus teclas.

Otra vez,
otra vez,
OTRA VEZ,
todas mis piedras caen.

Lágrimas que me robaste,
golpes que me comí,
gritos en mi cabeza,
no quiero más dolor.

Matando,
robando mis versos,
el vacío,
destruyendo el silencio.

Quiero luchar,
por mi cuadro desteñido,
por mi mente en llamas,
por mi cuerpo borroso,
por mi puño abierto.

Quiero asegurar mi caída
hundirme en el barro
ahogarme en tierra
morirme sin respirar ni una vez más.

Aún así, la lluvia sigue callendo,
el otoño sigue volando,
mi pensamiento sigue escapando
del dolor
de tu olor.