lunes, 23 de octubre de 2017

Carta a quién no la va a leer.

Después de mucho tiempo de reflexión he llegado a la conclusión de que es mejor así. El alejarnos, aún más si cabe, fue nuestra mejor opción. Pero no lo habríamos conseguido sin ti. Porque yo soy frágil, soy débil, no podría haber aguantado la situación más de veinticuatro horas. Sin embargo tú lo conseguiste, desapareciste de mi vida sin dejar rastro, sin previo aviso ni carta de despedida, y me dejaste en el vacío en el que vivo ahora.
Te lo agradezco. Te agradezco que tuvieras la fuerza para dejarlo (para dejarme), porque soy un tornado de emociones, cambio demasiado, te cambio demasiado. No me habría gustado ver como tu sonrisa se marchitaba entre mis múltiples epidemias sentimentales. Lo que sí me habría gustado es que te hubieras parado a pensar por un minuto a donde llevaba todo esto. Porque aún ahora, a quilómetros de ti, sigo notando la ausencia.
Hoy vuelvo a casa, vuelvo a Galicia. Vuelvo a mi tierra, vuelvo a pisar el bosque, vuelvo a sentir la humedad en mi piel y las caricias de la lluvia. Pero me faltas tú. Me falta tu acento, me falta tu tranquilidad y me falta tu calor. Me falta que me acompañes a mi lugar favorito, me falta sonrojarme ante tu mirada, me falta que te desabroches la camisa y que te despeine el viento. Y no sé como voy a reaccionar a estar sin ti allí. Te voy a recordar en cada esquina, te voy a pensar a cada paso, me vas a doler a cada latido.
Va a ser difícil estar así.

Lo siento.

Lo siento.
Siento tan fuerte este dolor,
siento tan dentro tu ausencia,
que no me creo que te reconozca.
Que a tres suspiros de mi pecho
están tus alas levantando mi marea.
Lo siento.
Porque a veces te puedo sentir
y me miento si quiero fingir
que no me importó que te fueras,
que no me dolió que desaparecieras.
Lo siento,
por ti,
no por mi,
que yo ya llevo dentro este latir
y ahora me acostumbro a estar sin ti.
Lo siento,
sin mentir,
sin pedir
ni un solo beso a la aurora de tu tierra.
Lo siento,
esta vez sin ti,
esta vez aquí,
a quilómetros de nuestro porvenir.
Lo siento,
por seguir así,
por confiar en ti,
por querer y pedir
que la vida siguiera así.

sábado, 21 de octubre de 2017

Hace noches que...

Hace noches que te espero
apoyada en mi terraza,
la luz y mi esperanza
esperando para ser apagadas.
Hace noches que te extraño,
recordando tus susurros,
creyendo que veo en la luna
lo que ya no existe en este mundo.
Hace noches que te pienso,
esperando una sombra,
confirmando mis recuerdos,
aunque tú te nieges a creerlos.
Hace noches que te quiero,
partiéndome el alma el no verte,
creyendo que si me encierro
mis ojeras quedarán pendientes.
Hace noches que no sueño,
los ojos se me han secado,
tus flores se me han marchitado,
y tu recuerdo se va borrando.

Me siento extraña en mi propia piel

Me siento extraña en mi propia piel
atrapada dentro de mi cabeza
encerrada por un corazón
que ya ha dejado de latir.
A contracorriente del sentimiento
me encuentro ahogandome en dudas
la indecisión me desgarra
la incertidumbre me conmueve.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Teño fame de novos versos.

Teño fame de novos versos,
fáiseme difícil esquecer o meu galego,
penso esmeralda con cada noite
e vivo azuis durante o día.
Recordo momentos á beira do mar,
mururios de mariñeiros,
agarimos das sereas
(intentan afogarme no seu pesar).
Sempre van e volven os lamentos
desta alma valeira que se arrastra polo chan,
durme sen compañía aventureira
baila sen roupa para arrincar.
Unha alma tímida e lúgubre,
que chora por voltar
a unha terra á que nunca pertenceu
pero da que agora xa non é quen de escapar.
Ese arrecendo a liberdade dos seus bosques,
esa humidade na pel o despertar,
ese rocío das flores frescas,
ese ronquido da árbore ao respirar.
Moitos cren que volverán
aqueles días de espiral,
máis eu xa sei o que é camiñar,
e por se acaso, non ei de voltar.
É tempo de esquecer e chorar,
é tempo de quedarse a esperar
un lixeiro movemento
na nosa nostalxia vital.

martes, 3 de octubre de 2017

Bótote de menos.

Moitos soños foron arrincados da mente,
moitos beizos pousaron as súas ás
no interior dos asubíos,
moitos paxaros trataron de escapar,
mais non puiden deter o tempo.
Non puiden manterte preto do meu peito,
non puiden sosterte máis duns segundos,
non puiden ser libre contigo,
mais tampouco o son sen ti.
Bótote de menos,
gustaríame acariciar as túas palabras novamente,
gustaríame ter un pozo no que esconderme
deste sentimento de ternura que me crece
ata chegar os oídos e impedirme a visión.