viernes, 7 de diciembre de 2018

¿Ahora? Quiero algo como tú.


Perdí mi oportunidad en el momento en el que te dejé ir por mí. Por mi pensamiento y mis creencias. Pero ya no las tengo tan claras. Estoy cambiando, lo siento dentro, se ve por fuera. Debí hacer las cosas mejor. No debí definirme, no debí limitarme.
En el momento escuché a otros, pero no a mí misma.
Esta noche me ha cambiado. Me he replanteando mi ser, mi forma de vivir, mi forma de sentir.
Sé que debí besarte antes, antes de tiempo y antes del tiempo.
Debí acercarme a tí y decirte que a lo mejor me gustabas más de lo que creía. Y lo hice, pero tarde.
No me puedes dar lo que quiero, no quieres hacerme ilusiones, pero no sabes lo que quiero, lo que realmente pienso ahora.
¿Ahora? Quiero algo como tú.
Nunca había besado a alguien así, nunca me había sentido tan perdida en mi cabeza, nunca me había planteado que esto fuera a ocurrir.
No soy lo que que quería ser, soy más, mucho más. Pero me quedo callada porque quizás tú no lo sepas, no sepas qué hay en mí, no sabes aún suficiente.
Te veo y quiero mantenerte cerca, de cualquier manera posible puedo decir que te quiero.
Anoche casi se me escapa, casi lo dejo volar, pero no lo hice, porque sentí algo que contradigeron tus palabras. Sentí algo que luego tú rompiste, y supongo que yo me rompí también con ello.
Me gustaría volver a ver las estrellas y saber que algo va mal dentro de mí. Que algo se ha desconectado y no voy a poder arreglarlo. Me gustaría sentirme como entonces, tan libre y querida como tú.
Pero sé que no lo puedo lograr así. No así, no aquí.
Déjame ir cuando acabe la noche, déjame volar otra vez, pensar que todo va bien, que nada se ha roto dentro de mí, que hay vuelta atrás.
Pensé que estaba cerca, acurrucada en un rincón, pero estaba desnuda en medio del desierto, quemándome mientras corría en mi busca. Solo quemándome. Solo quemándome.
Quería correr y paré. Me dejé ir, me has dejado ir.
Ahora no sé qué pensar. Todo el mundo quiere de mí lo que yo no quiero dar. Quiero dar mucho más que eso, mucho más. Escapar no va a servir esta vez.
Solo tengo que saltar y dejarme ir. Dejarme estar, dejarme ser, dejarme llorar.
Ni de eso soy capaz, solo paso y camino, sin rumbo.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Haciéndome sentir en casa.

Por un momento abrazada a él he sentido que estabas cerca. Ese olor tan característico, una mezcla que conozco perfectamente, que me transporta a las noches de verano, que me hace temblar tanto como lo hacían tus dedos en mi cintura.

Por un momento nos he visto a los dos allí sentados, acariciándonos las manos, mirando al ordenador y sintiéndonos ajenos al mundo. Sabiendo que aquello no volverá, me siento indefensa ante la calma que se avecina en mi pecho.

Pego mi cara a su cuello y pienso en ti, en lo lejos que estás ahora, en lo que nos hemos separado después de todo. No tiene sentido lo que me has marcado con el poco tiempo que pasamos juntos, no tiene sentido que te quisiera tanto, que te recuerde todavía, que te vea en cada chico con el que estoy, al que beso, al que valoro como opción antes de descartarle... por no ser tú.

Supongo que estamos cumpliendo nuestros sueños, el uno lejos del otro. Sé que es mejor así, aunque me gustaría solo decir que quizás lo sea, que quizás estaríamos bien juntos, aunque sepa que no es así. Ese sentimiento sigo sin ser capaz de controlarlo, no logro acallarle y mantenerle en el cajón en el que debería quedarse tragando polvo.

Sé que con el tiempo esta sensación acabará desapareciendo, como ha pasado con todas las demás, con todas las dudas que se quedaron, las inseguridades y el dolor, pero necesitaba contártelo: cada vez que alguien aparece en mi vida y se acerca a mí, cuando mejor parece que estoy, vuelves a pasearte por aqui, haciéndome sentir en casa con tus recuerdos, que no habitan en ellos, a pesar de mi empeño de buscarte en su interior. Así evito enamorarme, así evito avanzar.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Sé qué quiero

Sé qué quiero
un proceso, un avance.
Quiero una evolución,
una historia que contar,
experiencias que me unan,
que no me dividan más
de lo que ya hago yo sola.

Quiero besar y quiero abrazar,
pero sin preocupaciones,
sin explicaciones y sin más deberes
que soltar y sentir.

Quiero llegar lejos,
tanto como mis piernas me permitan.
Me da igual la velocidad,
me da igual el tiempo,
me importa el cómo y el dónde.

Quiero ser yo, por fin,
sin tapujos ni límites,
con moral y sin prejuicios,
con espacio y seguridad.

Quiero despertarme y sentir la energía,
mi cuerpo pidiendo a gritos
arte y su libertad,
sueños que alcanzar.

Quiero quererme y querer,
dejarme ir y volver,
sabiendo siempre
que aquí tengo mi lugar.

sábado, 20 de octubre de 2018

¿O es que ya no siento nada?


Voy a dejar de sentir.
¿O es que ya no siento nada?
Me dejaste vacía.
Di demasiado.
Me alejaste de mí,
y en nada me quedé.
No me veo resurgir,
ya no lloro,
ya no duele,
ya no quiero.
Quiero desaparecer,
fundirme.

Estoy rota,
como un juguete usado,
parece que algo me duele,
pero ya nada me causa dolor,
porque no lo siento.
No siento nada.

Desde que te fuiste
no he vuelto a sentirme.
No siento a nadie.
A mi alrededor
veo la destrucción.
La que causo,
la que me causaste.

Te has ido,
y esta vez no vas a volver
porque ya no haré que regreses.
Dejé de respirar
no por ti
por todo lo que te di
todo lo que ya no tengo,
todo lo que se fue contigo.

Parece que algo esté roto,
que yo esté rota,
pero no lo siento
porque solo llueve a mi alrededor,
pero yo no lluevo,
no llueve sobre mí,
no me llueve el corazón,
no me llueven ni los ojos.

Dame tiempo...
para quemarme por dentro.

domingo, 14 de octubre de 2018

Todavía estás aquí.

Duele, dueles. Todavía estás aquí, hablándome a susurros, haciéndome reír, queriéndome. Todavía existes, dentro de mí, aunque a veces me siento tan sola que hasta dudo de que alguna vez estuvieras realmente. No lo entiendo, me gustaría que me dijeras por qué. Por qué te fuiste sin mí, por qué me dejaste aquí. Por qué te esperé llorando durante meses, te necesité a mi lado tanto, y ahora solo
vacío
espacio para llenar
de nada.

Algún día me encontrarás
al despertar sobre la arena
al acostarme sobre hierba mojada
al dormir entre otros brazos
unos que no me importan
que son un simple reemplazo de los tuyos.

Quizás algún día superaré esto, pero no es el momento.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Ella te hará más feliz.

En realidad me alegro, sé que ella te hará más feliz, parece más "normal" de lo que yo seré nunca. Seguramente te de menos problemas, te haga las cosas más fáciles, te diga que te quiere y no tengas que lidiar con ningún tipo de gestión emocional adicional.
Estoy feliz, porque sé que os gustais, que te gusta, quizás algo más de lo que quieras admitir. Vuestra historia es bonita, seguramente os necesitéis y os esperéis más de lo que haría yo contigo.
Me gustaría volver a sentir algo como lo que sentís vosotros, pero tengo la sensación de que mis sentimientos están apagados, mi corazón hecho polvo por las minas de vuestros actos, mi mente acomodada al dolor, temerosa de sentir y no volver a sonreír. Desde que te fuiste me veo incapaz. Todo lo que se le pueda parecer acaba siendo solo un intento de reemplazarte.
Tengo ganas de reventar mi alma contra un muro, hundirme a puñetazos y gritar a los cuatro vientos que nunca soy suficiente.
Suficientemente buena.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Cambios.

Me gustan los cambios, estoy acostumbrada a ellos. Llevo toda mi vida cambiando de sitio, de instituto, de ciudad, de grupos, de gustos, de ideas. Me he vuelto cambiante, y es difícil seguirme el paso.
La gente se acomoda, se estabiliza y se acostumbra, pero yo me deslizo por las calles de la improvisación. ¿Cómo le voy a pedir a alguien que me siga si no sé ni hacia donde voy?
Fluir como un río hacia donde me lleve la corriente, mi corriente. Mi guía es el viento y la marea, a veces pendo del hilo de las estrellas. Sueño con pisar las nubes y sumergirme en el océano de las dudas. Deseo un beso intenso y un amor loco, adaptable a la vida al ritmo de guitarras, que me verse los sentimientos.
Actúa para mí, como si fueras una exposición expresionista o un animal salvaje, inteligente y alegre, parecido a la lluvia de mi ventana por las noches, profundo y triste a ratos, emocionado por la risa y las caídas, ilusionada como una niña tras las pompas de Ópera.
Cocíname un par de bailes, enséñame a aguantar la respiración bajo el agua, a gritar en medio de un bosque, o a callar observando a la gente pasear en el centro de Madrid.
Combina tus ganas de humo con mi rocío nocturno.
Tumbarme entre tus costillas, escuchar tu corazón y acariciarte la mano. Observar tus ojos como si fueran chocolate fundido, saborear tus labios de fresa y caminar con los pies descalzos.
Mañana quizás hablemos de tus ganas de volar, pero por ahora seguramente te resguardes en el pozo de la estabilidad.

jueves, 6 de septiembre de 2018

En mi ventana.

En mi ventana sigo viendo las luces de la ciudad, el cielo tras la tormenta, el suelo mojado de la terraza, el destello de los rayos a lo lejos y mi sombra estallando con ellos. Escucho 1999 mientras pienso en ti, en él, en ella, en todos. Fumo, ensombrecida por mis decisiones, me reinvento, cambio. El humo sale despacio de mis labios, mi grito ya está consumido. Creo que yo también me estoy consumiendo.
El fuego, llama infinita acercándose a la orilla del mar, me purifica ver su movimiento, me altera su inconsistencia, por ahora solo puedo observar las chispas del mechero y recordar. Me pregunto si tú estarás debatiéndote por mí o por ti.
Sonreí y agaché la cabeza cuando me empapó la lluvia esta noche. Quizás porque recuperé esa sensación de libertad. El frío, la humedad, la oscuridad, la soledad, el sonido del piano tras la pared. Mojarme en mi ventana y que no sean lágrimas.
Acabar y empezar, curiosa vida, cíclica, pero cambiante, adaptable en su espiral, como mi mente, como mis pasos, como mis manos.
Tu boca sabor tabaco y sueños quebrados, qué bonita tu sonrisa, qué ansias en tus dedos, qué desprecio en tu tiempo. Las calles quizás te extrañen.
Mis heridas y mis fantasmas huelen a lavanda y eucalipto, saben a algodón de azúcar y brillan con luz propia. ¿Luz blanca o cálida? Colores de cristal. Caracolas en el viento y en tu pelo. Mis paredes arañadas de emociones fugaces, mi tapiz con hierba seca y huecos por llenar.
Yo esperando, no sé muy bien el qué.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Recuerdo de verano.

Una cosa es encapricharse,
otra muy distinta enamorarse.
¿De ti? Estoy enamorada,
pero no lo quiero admitir.
Lo odio,
porque es caer en un lugar en el que ya he estado,
del que ya sé como salir,
y al que necesito no volver.
Muchas veces creo que no lo resistiría,
simplemente... sería demasiado.
Recuerdo momentos de este año con total claridad;
recuerdo estar llorando en una esquina de mi cuarto,
recuerdo pensar en oscuridad y querer fundirme en ella,
recuerdo pegarme al cristal esperando un lo siento...
Y cuando lo recuerdo
solo pienso en la suerte que tuve de salir de aquello.
Ahora estoy al borde de caer,
de besarle,
de tener miedo,
miedo a no quererme por quererle,
miedo a irme
y volver inconscientemente
en momentos no convenientes.
No está bien.
No lo está y lo sé,
debería aprender de la experiencia.
No puede ser que solo con tocarle...
No puede ser que necesite vivirle antes de irme,
que necesite sentirme antes de recaer en el frío.
No puede ser que esto lo esté escribiendo antes de irme,
teniéndole a metros,
deseando que deje de mirarme.
¿Por qué no le besé?
Me voy a arrepentir,
y no porque él piense que no es el momento,
si no porque ya sé que no habrá otro.
Quizás...
Quizás sea lo mejor,
sé que estando sola no puedo caer en ello,
no puedo volver.
Y la verdad,
necesito estar bien,
solo algo más de tiempo...
solo un día más.
Sé que en algún momento esto explotará...
yo explotaré,
y no acabará bien.

viernes, 3 de agosto de 2018

Cuando me preguntan por ti.

Cuando me preguntan por ti
digo que fuiste bueno,
pero lo nuestro no lo fue.

Cuando me preguntan por ti
digo que fui feliz,
pero no pude serlo por mucho tiempo.

Cuando me preguntan por ti
digo que te quise con locura,
pero esta me consumió.

Cuando me preguntan por ti
digo que me gustaría haberte mantenido cerca,
pero tú decidiste alejarte.

Cuando me preguntan por ti
digo que te vi el otro día,
pero ni siquiera podemos mirarnos...

Cuando me preguntan por ti
digo que recuperé la fe contigo,
y la perdí cuando te fuiste.

Cuando me preguntan por ti
me gustaría que se callaran
para poder dejarlo atrás de una vez.

viernes, 29 de junio de 2018

Injusto

Críticas y reproches
por buscar un futuro,
trabajarme mis alas
para volar lejos de aquí.
Creer en mí,
superarme y superarles,
para que intenten atarme a la carretera.
Veamos si me atropellan alzando el vuelo,
que no me quede más remedio
que quedarme en el suelo.

viernes, 1 de junio de 2018

Por pura casualidad.

Hacer la cuenta de las veces que te he visto para intentar entender como ha podido pasar.
Tan solo he leído una entrada, un simple escrito perdido en tu blog, y algo me ha llamado demasiado la atención. Me has producido curiosidad, y eso me pierde, más bien, me pierdo yo en un mar de dudas, queriendo descubrir el por qué de todas.
Ahora solo quiero saber como funciona tu cabeza, y entender el por qué de todo.
Me cuesta mantenerme lejos de la coincidencia, además, ya sé donde nos podemos encontrar, solo espero chocarme y que el destino resuelva mis dudas, conteste a mis preguntas.
No sé nada de ti, quizás sea una mala forma de conocerte el intentar entender tu mente a partir de un texto. Pero esa es la magia de la literatura, que amarra corazones y crea intrigas, y leer algo tan característico, te hace replantearte tu imagen preconcebida. Quizás hay algo que aun no conoces.
Me fascina el descubrimiento, me fascina encontrarme algo así, sin ningún sentido, por pura casualidad.

sábado, 21 de abril de 2018

Ese día en el que casi te pierdo.

Ese día en el que casi te pierdo,
el mundo se paró por un momento,
el silencio se hizo en mi cabeza.
Sentía vacío hasta en los huesos.
Ese día que casi te vas,
quise correr desesperada hacia ti
para sostenerte un poco más,
para llorarte un poco menos.
Ese día que casi te escapas,
quise salvarte de la caída,
quise aferrarme a tu mano
y no dejarte morir.
Ese día en el que casi no estás,
se me volaron las alas,
se me secaron las escamas
y se me esfumó el alma.
Ese día en el que casi te me ahogas,
quise atraparte en mi red,
tirar de ella con todas mis fuerzas
y besarte cada herida.
Ese día que me dijiste que te querías ir,
quise envolverte en mis brazos
y darte motivos por los que seguir,
por los que no deberías desistir.
Ese día compré el billete de tren,
escapé hacia allí,
fui a por ti
y nos salvé.

domingo, 8 de abril de 2018

Podría escribir sobre ti esta noche.

Podría escribir sobre ti esta noche, sobre tu manera de despreciarme y sobre tu inmadurez sentimental, pero no lo haré.
Esta noche escribiré para aquel que me salvó, para el que tiró de mi brazo y me sacó del charco, para el que me acostó llorando en su pecho y me despertó riendo a cosquillas.
Esta noche el amor no es por ti, es por él. Por él, que me dijo que no era de su propiedad y buscó su nombre por cada esquina de mi cuerpo sin encontrarlo,  siendo feliz al verme a mí sonreír, diciéndome que no eras tú el que me agarraba las alas, que era yo la que me las cortaba por intentar ser lo que los demás quieren que sea.
Si a los demás les duele que sea diferente, son ellos los que tienen el problema de la mediocridad, no tengo que ser normal para gustar, tengo que ser yo misma.
Y si a duras penas me puedo sostener, él está ahí para levantarme, con una sonrisa y un abrazo esperando al otro lado de la puerta.
Mi mirada lo dice todo, solo con verle tengo fuerzas para acabar con lo que se interponga en mi camino, solo con verle se me ilumina la cara y me baila la sonrisa, solo con verle siento que soy más poderosa, solo con verle sé que me va a hacer feliz, aunque sea por un tiempo limitado.

lunes, 2 de abril de 2018

La verdad.

La verdad es que aún no se me ha ido la marca que me dejaste cerca de la clavícula (esa que ya no me tapo), ni tampoco se ha ido tu olor de mis sábanas (esas que aún no he cambiado para poder refugiarme en ellas cuando te extraño). Tampoco puedo decir que lo haya guardado todo, tu caja encima de mi armario se resbala poco a poco, y todas las noches antes de dormir, la vuelvo a colocar para que no se caiga. Sigo esperando tus buenos días cada mañana al coger el móvil y bostezar, y sigo ansiando un "boas noites" de despedida. Quizás no se me vaya nunca este mal vicio de esperar oír tu voz por la calle. Y si abro los ojos en mi cama, nos puedo ver bailando en mi habitación o acurrucados en la mecedora, escuchando nuestras canciones, apropiadas por tu recuerdo. Me paso el día ansiosa por hablar contigo (porque antes se nos hacían eternas las horas sin hablar). Ahora mis días pasan lentos y vacíos, y sé que no van a ir más rápido, porque ya no estás ahí.

Llevo poco sin ti y ya estoy así, no sé qué haré cuando esto se haga permanente.

domingo, 1 de abril de 2018

Ojalá estuvieras aquí.

Ojalá estuvieras aquí mientras respiro.
Con tu aliento en mi nuca,
con tu mano en mi pecho
y tu olor en mi almohada.

Ojalá estuvieras aquí mientras camino.
Con tus dedos en mi mano,
con tus huellas tras mis pasos
y tus ansias en mis labios.

Ojalá estuvieras aquí mientras deliro.
Con tus chistes malos,
con tu sonrisa de descaro
y mis ojos en ti, brillando.

Ojalá estuvieras aquí, tras este frío,
que me quema y remueve
desde el dolor
hasta el olvido.

sábado, 31 de marzo de 2018

Yo esperando.

Yo bajo tu ala
sintiendo que puedo volar,
engañada por tu sombra.
Yo queriéndome,
queriéndote
y queriéndonos.
Yo confiada e incrédula,
yo atada con cadenas de caramelo.
Yo corriendo en circuito cerrado,
yo escapando de las estrellas,
del deseo de verano,
ese que pedí a tu lado.
Yo huyendo de ti
sin querer alejarme.
Yo dando la vuelta
para alcanzar la mano
que ya no me espera.
Yo esperando tu sonrisa
cuando solo tienes esa mirada
que me culpa y me reprocha.
Yo esperando un te quiero,
y tú
odiando
cada
parte
de lo que soy.

Tan fácil.

Siempre te fue tan fácil
alejarte y olvidarme.
Siempre el primero
en ignorarme,
en odiarme,
en repudiarme.
Te costó aceptarme,
como te costó quererme,
para al final dejarme.
Te cuesta hablarme,
pero te costó poco desnudarme.
Y tan poco te costó
que lo hiciste sin dudarlo.
Me reconociste
en cada esquina
de mi cama.
Pero parece ser que
fue reconocerme,
para luego perderme.
Y no duele,
solo quema,
por el uso,
por el calor,
el que ya no quiero de ti.