Siempre te fue tan fácil
alejarte y olvidarme.
Siempre el primero
en ignorarme,
en odiarme,
en repudiarme.
Te costó aceptarme,
como te costó quererme,
para al final dejarme.
Te cuesta hablarme,
pero te costó poco desnudarme.
Y tan poco te costó
que lo hiciste sin dudarlo.
Me reconociste
en cada esquina
de mi cama.
Pero parece ser que
fue reconocerme,
para luego perderme.
Y no duele,
solo quema,
por el uso,
por el calor,
el que ya no quiero de ti.
sábado, 31 de marzo de 2018
Tan fácil.
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