martes, 29 de noviembre de 2016

Cuando ya no queda nada

¿Qué pasa cuando el tiempo parece estancarse?
No en el buen sentido, ya no se para cuando te beso, ya no deja de importar lo que hay alrededor, ya no corren por mi piel escalofríos cuando me tocas.
A veces pienso que la que tiene el problema soy yo,
que soy yo la que no se adapta a la rutina,
a la que no le gusta la repetición,
la que se cansa de lo predecible.
Parece que solo me altera el corazón algo que no pueda esperar.
Parece que para olvidar solo puedo odiar o sustituir un amor por otro.
Me siento mala persona, por hacerte esto,
porque tú no te lo mereces.
Lo das todo por mí,
hoy incluso tus sueños,
y yo no puedo amarte más, ya no.

martes, 1 de noviembre de 2016

Brillan luces náufragas.

Brillan luces náufragas 
en la oscuridad del camino,
sueños rotos, escondidos.
Quieren ver si los encuentras
cuando lloras frente a la ventana,
esperando que la lluvia calme tu pesar,
esperando que alguna lágrima te venga a visitar.
Nubes rasgadas en el cielo,
negras de tanto correr,
carrera a la luz del sol,
un anochecer de tinta.
Aurora tras el cúmulo de árboles,
brilla un bosque en la profundidad,
sobresalen las hojas despeinadas
después de que caiga el rocío.
Carrera a contrarreloj,
yo y la luz,
los escalofríos cubren mi piel,
mientras en la vuelta a casa
mis deseos se desvanecen.
Solo espero que esos sonidos,
esas teclas del piano,
esos violines danzantes,
me recuerden a la lluvia,
esa que ya no moja, 
que solo reclama su territorio:
mis pensamientos.