viernes, 27 de marzo de 2015

Siento que se acaba el tiempo.

No entiendo por qué tengo que perderte tan pronto. Siento que el tiempo se me acaba. Que dentro de poco él se irá. Se irá para siempre. Lo puedo notar dentro de mí, siento ya el vacío. Él ya está ausente ahora, esa mierda lo transformó en todo lo que nunca quiso ser. Y ahora siento que la parte de él que nos pertenecía se ha perdido por culpa de esto.
¿Para qué sirve confiar en que todo cambiará? Me duele ver cómo hace promesas llorando y luego no es capaz de cumplirlas. Me duele tanto verle perdido entre las tinieblas de ese mundo difuso que él cree que es el verdadero paraíso. ¿De verdad merece la pena convertir todo en un infierno por unos minutos de felicidad? ¿Prefieres perderlo todo antes que dejarlo? No te das cuenta de que te has perdido a ti mismo, y eso es lo peor que te puede pasar. Papá ¿dónde estás ahora? y dentro de un tiempo... ¿estarás siquiera? 
Quizás mis problemas de memoria son intencionados, quizás no quiero recordar nada de lo que veo,escucho o huelo. Quizás no quiero saber nada de lo que sé ahora. ¡No teníais derecho a hacerme esto! Yo no pedí saberlo. 
Papá, ellos están ahí ¿no les ves? Van a crecer sin ti si no paras esto. ¿Nos vas a dejar a los tres solos? ¿Eso quieres? ¿Vernos peleando contra el resto del mundo... sin tu apoyo?
Sé que te dará igual lo que digamos, ya nos has demostrado que esto tienes que hacerlo tú solo. Pero me siento impotente al verte caer una y otra vez en el mismo pozo de agua sucia sin poder hacer nada para evitar que te ahogues en él.
De pequeña te veía como un héroe, esperando a que llegaras a casa después de semanas fuera. Ahora veo al héroe derrotado, y la niña se ha convertido en algo más, la niña se ha dado cuenta de que durante esas semanas fuera, estabas pudriéndote en la cárcel, encerrado tras tus errores. Me duele tanto ver como todo acaba siempre de la misma forma. 
Intento decirme que sigues aquí conmigo, que eres el mismo que me abrazaba cuando tenía una pesadilla, el que me ponía caras cuando aún era un bebé, el que me aconsejaba sobre la vida, el que me protegía de todo. Pero no es así, ya no. Ahora recuerdo todo lo que mi mente bloqueaba: los gritos, las bofetadas, tus ataques de locura, las veces que me hiciste sentirme avergonzada de ti, las veces que me dejaste sola, las veces que no estabas ahí cuando todo se vino abajo, las veces que mamá lloraba por ti y tú estabas tirado en alguna parte de la ciudad con alguna nueva sustancia en tu sangre. Cómo mamá se destruyó poco a poco, cómo dejó de lado toda su vida por ti para luego perderte. Cómo le hiciste perder la fe en ti, y más tarde en todo, cómo enloqueció, cómo empezó a dejarnos de lado, a dejarnos completamente solos.
Me han dicho que no te puedo culpar a ti, y no lo hago. No busco un culpable. Es cierto que tú elegiste que fuera así, pero es lo que nos ha tocado vivir a nosotros y nadie tiene la culpa de esto. 
Desearía que todo fuera normal de nuevo, pero nunca lo fue, así que es estúpido pedirlo. Habría deseado estar ahí para abrazarte en tus pesadillas, para que no hubieras elegido el apoyo de otras cosas. Desearía poder tenerte un poco más de tiempo del que tenemos ahora mismo.
Te quiero. Siempre lo hice y siempre lo haré a pesar de todo.
Deseo que todo te vaya bien, que seas feliz.
No quiero perderte, no quiero que te vayas.
Te estaré echando de menos en un tiempo, cuando esto te destroce.
Seguiré poniendo mi fe en ti,aunque vea cómo todo va hacia abajo.
Seguiré recordándote aunque mi mente evite recordar.
Porque fuiste quien me dio la vida y me quiso más que nadie...
No te vayas papá.

lunes, 23 de marzo de 2015

Algo se rompió.

Cuando se apartó de mi como si le diera asco, algo se rompió. Llevaba toda la mañana pensando en lo que debería hacer, en si él intentaría arreglarlo como lo intenté yo. Estuve mirándole, pero  no me miraba , él ya ni se fijaba en mi. Supuse que ya le daría igual lo que me pasara, lo que nos pasara mas bien. Le daba igual perder lo que teníamos, y llegados a ese punto, poco más se puede hacer. Aún no ha acabado y ya siento que le he perdido, o que él me ha perdido a mi. Quizás ambos hemos perdido algo con esto. No sé cual es el problema, quizás que ya no nos sonreímos por el pasillo, que cuando necesito un abrazo él ya no está ahí, que me hacen más caso otros chicos que él, que otros intentan conquistarme mientras que él ni me llama guapa, quizás es que ya no le importa tanto como me sienta, quizás nunca le importó, quién sabe.
Sé que me dolerá durante un tiempo ver como a él se la sigue sudando lo que pasó, y su frialdad quizás acabe por cambiarme. Pero creo que es mejor perderle a él, dejar de rallarme, ser feliz y poder hacer lo que quiera sin preocuparme por como le sentará a él, que seguir con él sin que haga  nada por arreglar lo que tenemos, y estar con él bien un tiempo para volver a esto en dos días y que él ni se dé cuenta de lo que pasa, sin que nada cambie.

jueves, 12 de marzo de 2015

No sabes cuánto dueles.

No tienes ni idea del daño que me hace acordarme de ti. Cuando alguien te nombra todo vuelve y me destruye de nuevo. Incluso tanto tiempo después sigo notando que me falta algo. Desde que te fuiste me falta una parte de mi misma. Te la llevaste contigo aquel día y no me la has venido a devolver. Sigo esperando a que las agujas avancen y así borrarte del todo, pero parece imposible. 
Me arrepiento de lo que hice, de como fui contigo, de como fui conmigo, quizás de como era yo. Aún recuerdo tu cara cuando te dolía algo de lo que hacía, cuando te sentías mal o cuando estabas enfadado. También recuerdo tu llanto, y tu risa. Ella tan bonita y llena de alegría y él tan desolador y triste. Sigo sintiendo tus brazos rodeándome y diciéndome: "Lo siento", cuándo en realidad la que lo había echo mal había sido yo, no tú. Aún recuerdo el momento en que me di cuenta de todo... y tú me perdonaste. Sigo sintiéndote  aunque ya no estés conmigo. 

Ha pasado ya un año desde que no sé nada de ti. No me hablas, y yo tampoco. Ya no es culpa de nadie. Simplemente... necesitaba decirlo, y ya lo he dicho. Sí gemelo, te echo de menos, y siento mucho que no vayas a volver. 
No me molesta admitir que te quise. Puede que aún ahora te siga queriendo. Puede que me hagas falta, puede que me faltes toda la vida y nunca recupere esa parte de mí, porque la seguirás teniendo tú. Nunca pensé que podría tener un hermano que no fuera de mi sangre, y tú lo fuiste. Ojalá volvieras a serlo.