sábado, 30 de julio de 2016

En una burbuja.

Es verla y querer besarla. Parece estar en una burbuja, inalcanzable y frágil. Yo en la tierra, intentando alcanzarla pero con miedo a que explote en el intento. Solo quiero perderme en sus labios, acariciar su piel, enredar mis dedos en su pelo. Me duele estar sin ella, me duele estar con ella, me duele su recuerdo, me duele su olvido. Me duele todo lo que la rodea. Su mirada me tiene atrapada, entre brillos y reflejos veo la profundidad de su silencio, y sé que me oculta lo que siente. Cuanto más se acerca, más me cuesta contenerme. Crecen las ganas de sentirla, de acercarse despacio, de besarla con tensión y de amarla sin limitaciones. 

Es tan duro verla alejarse. Tan duro verla distante. Saber que la dañaste y que posiblemente nada vuelva a sea lo mismo. Es duro ver como nada salió como esperabais, como todo lo que una vez hubo, ya no está aquí, ni en ella, ni en mi.

jueves, 28 de julio de 2016

Me arrepiento tanto de aquella noche.

Me arrepiento tanto de aquella noche. 
De tenerte al lado de mi cama.
De escucharte reír, de estar hablando y
mirarte en la oscuridad.
De tenerte a un suspiro de mi boca 
y no ser capaz de respirar. 
De haber esperado a que te durmieras, 
en silencio,
contenida.
De no decirte nada,
de no moverme unos centímetros a por ti,
de no intentarlo.

Me hubiera gustado darte un beso en la frente,
haberte acariciado la cara,
haberte susurrado un te quiero,
haberme acercado a ti.

Me hubiera encantado arrastrarme hacia ti
a oscuras y en silencio
dejando caer mi pelo a tu alrededor
haciendo una cascada entre nuestros labios
Quería que ella nos separara del mundo exterior
para centrarte en nosotras
y decir sin palabras
lo que querían nuestras miradas.

Me hubiera acercado lentamente
te hubiera rozado
y una vez así
habría pensado en hacer
ese algo que no hice.

Pero perdí la oportunidad, 
me quedé mirándote de noche.
Aún puedo recordar tu respiración.
¿Que hubiera pasado de haberte besado?

miércoles, 27 de julio de 2016

Contigo.

Andando a oscuras
los cascabeles bailan con mi tobillo
mi mirada esquiva se fija en tus labios 
(son tan apetecibles con esta luz).

El silencio no ayuda,
hablemos de algo estúpido,
seamos amigos
(así no te pienso).

Entonces rozo tu mano:
mi piel se eriza
mis sentidos se dispersan
(cosquilleos hasta en las pestañas).

Me gustaría agarrarte,
girarte hacia mí, mirarte,
tirarte de la camiseta
y besarte.

Besarte,
con intensidad, 
con lujuria,
con ganas. 

Morderte el labio,
acariciarte la nuca
sentir tu calor cerca
(muy cerca).

Quiero tenerte por un momento
un rato por tu cuerpo
un instante por tus labios
un segundo por tu mirada
(déjame acercarme)

Como quema que te separes
como quema que me esquives
como queman tus latidos
al tumbarlos al lado de los míos.

Duele que no te acerques
duele que no me beses
duele que no desees 
que me quede aquí 
(contigo).

Te pienso tantas veces.

Te pienso tantas veces...
sueño con tenerte entre mis manos
modelar tu pecho entre susurros
rozar tu piel con las uñas
arrancarte la vergüenza.

Quiero acariciar tu cadera
arrastrar mis labios por tu clavícula
rozar tu ombligo
y comerte a besos.

Necesito acercarte 
sentir tu cuerpo junto al mío
tu olor en mi ropa
tus manos en mi espalda
tu pelo como cascada en mis hombros.

A veces te pienso 
me aferro a una estrella ardiendo
me derrito en la oscuridad
con ganas de congelarme cuando te veo
con ganas de morir cuando te vas.

Demasiado cerca, te rozo y te apartas.
Sola, en medio de la nada. Necesito más.
Quiero agarrarte, prefiero no pensar.
Besarte, quitarte la camisa. 
Quiero seguir, pero tengo que parar.

Volver a empezar, dejar de volar.
Chocar.
Caer contra la pared de la esperanza.
Necesidad.