jueves, 28 de julio de 2016

Me arrepiento tanto de aquella noche.

Me arrepiento tanto de aquella noche. 
De tenerte al lado de mi cama.
De escucharte reír, de estar hablando y
mirarte en la oscuridad.
De tenerte a un suspiro de mi boca 
y no ser capaz de respirar. 
De haber esperado a que te durmieras, 
en silencio,
contenida.
De no decirte nada,
de no moverme unos centímetros a por ti,
de no intentarlo.

Me hubiera gustado darte un beso en la frente,
haberte acariciado la cara,
haberte susurrado un te quiero,
haberme acercado a ti.

Me hubiera encantado arrastrarme hacia ti
a oscuras y en silencio
dejando caer mi pelo a tu alrededor
haciendo una cascada entre nuestros labios
Quería que ella nos separara del mundo exterior
para centrarte en nosotras
y decir sin palabras
lo que querían nuestras miradas.

Me hubiera acercado lentamente
te hubiera rozado
y una vez así
habría pensado en hacer
ese algo que no hice.

Pero perdí la oportunidad, 
me quedé mirándote de noche.
Aún puedo recordar tu respiración.
¿Que hubiera pasado de haberte besado?

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