Me sigue costando exactamente lo mismo que hace tres meses. No te supero. Lo intento cada día y solo consigo enamorarme más.
Llevo cuatro días saliendo y dando vueltas hasta las cuatro de la mañana por si me cruzo contigo de fiesta. Por si te escucho tocar en algún sitio, por si te aburres y te vas a beber a algún bar, por si me echas de menos y quieres pisar alguno de los lugares que hicimos nuestros.
Necesito recordar, se me está olvidando la forma de tu mandíbula, el sabor de tus besos, el tacto de tu pelo, nuestros silencios en el coche. Ya no sé lo que era estar a tu lado, ni lo que era cogerte de la mano. No puedo respirarte en sueños, tampoco puedo dormir sin ti.
A veces desearía desaparecer, porque desde que te fuiste me siento como si no existiera. Me siento mal, tengo miedo, tengo sueño, y muchas lágrimas en la almohada. Tengo el maquillaje corrido y las sábanas heladas.
Te he dibujado porque no sé como tenerte más presente, necesito que estés en mi arte, ya que conmigo no quieres estar.
domingo, 24 de diciembre de 2017
sábado, 16 de diciembre de 2017
Sigo sin entender.
Sigo sin entender como te costó tan poco dejarme de lado, como no has dudado ni un día de tu decisión, como has sido capaz de no hablarme en tres meses, de no pensar en lo nuestro, de no intentar aunque sea... Supongo que la única que de verdad llegó a sentir algo fui yo, para variar, y la única que seguirá aquí esperando una maldita respuesta, sintiendo que nunca fue lo suficientemente buena como para que decidieras luchar por ella.
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