Volver a hablar no ha sido una nueva experiencia,
no ha sido algo impresionante,
no ha sido impredecible,
no era difícil que esto pasara.
Aun así, me sorprende.
Asumida tu distancia,
me dejó el dolor
cuando vi tu mirada indiferente .
Nunca me gustó revolver
lo que me ha dañado una vez
pero hablar contigo debe ser
como pelear contra el amanecer.
He de admitir que ya no siento lo mismo,
que ya no necesito tu aceptación,
que ya no busco tu sonrisa,
que ya no suspiro por tu boca.
Ahora solo puedo desearte felicidad,
siempre te la mereciste,
aunque muchas veces pensase
que yo no la tendría sin ti.
Esa conexión sigue ahí.
Seguimos hablando como entonces,
con palabras simples,
sin mucho en lo que pensar.
Solo el recuerdo latente
de la herida abierta,
a una distancia nueva,
es lo que nos separa.
Redescubramos nuestros mundos,
esta noche me tienes aquí,
podemos volver a ser,
podemos volver a ver.
El mundo no nos mantendrá en esta posición,
nos irá empujando
para que corramos
siempre en sentido contrario al renglón.
Escribe nuestros nombres a tinta
antes de huir de este atardecer nostálgico,
así podremos retroceder hasta el error
que nos auyentó la esperanza.
Aquella noche descubrimos la sombra
descubrimos al silencio sobrecogedor
descubrimos ser y parecer,
pero nos olvidamos de creer.