sábado, 31 de marzo de 2018

Yo esperando.

Yo bajo tu ala
sintiendo que puedo volar,
engañada por tu sombra.
Yo queriéndome,
queriéndote
y queriéndonos.
Yo confiada e incrédula,
yo atada con cadenas de caramelo.
Yo corriendo en circuito cerrado,
yo escapando de las estrellas,
del deseo de verano,
ese que pedí a tu lado.
Yo huyendo de ti
sin querer alejarme.
Yo dando la vuelta
para alcanzar la mano
que ya no me espera.
Yo esperando tu sonrisa
cuando solo tienes esa mirada
que me culpa y me reprocha.
Yo esperando un te quiero,
y tú
odiando
cada
parte
de lo que soy.

Tan fácil.

Siempre te fue tan fácil
alejarte y olvidarme.
Siempre el primero
en ignorarme,
en odiarme,
en repudiarme.
Te costó aceptarme,
como te costó quererme,
para al final dejarme.
Te cuesta hablarme,
pero te costó poco desnudarme.
Y tan poco te costó
que lo hiciste sin dudarlo.
Me reconociste
en cada esquina
de mi cama.
Pero parece ser que
fue reconocerme,
para luego perderme.
Y no duele,
solo quema,
por el uso,
por el calor,
el que ya no quiero de ti.