tus palabras entre el fuego
y tus silencios entre las cenizas.
Ojalá te hubiera hecho más preguntas,
ahora no estaría en esta incertidumbre.
Tenía que haberme acercado a ti,
dudo que supieras que era mi último día,
la última vez que estaríamos tan cerca,
al menos durante un tiempo.
Ojalá haberte dicho que ardía en deseos
de escucharte hablar a solas.
Ya no se trata de tu estancia,
se trata de tu esencia.
Se trata de tu acento,
de tu idioma,
de tu boca.
Se trata de tus gestos,
de tu pasión,
de tu interpretación.
Debería haberte escuchado más,
haberme sentado contigo
y no solo mostrarte mi inseguridad.
Debería haberte avisado,
quizás si hubiera hecho lo que tú,
si la lluvia nos hubiera visto florecer de nuevo,
no estaría ahora recordándote así,
con tu voz grabada en un disco
y tu ritmo al cajón en una foto.
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