lunes, 1 de diciembre de 2014

Somos amigos ¿no?

Yo lo siento, juro que lo intenté, pero no puedo.
Hace un mes cuando te miré ya me parecías interesante, y a cada día que pasaba te veía más guapo, luego me hablaste y flipé a colores, aunque fuera solo por un tweet que te gustó y no por mí. Empecé a dar saltitos de alegría en la cama como una niña pequeña. Me sentí idiota.
Luego llegaron las risas y tu forma de ser tan... diferente. Empecé a cogerte cariño, como a un hermano. En solo unos días ya estabas dejando esa profunda marca que llevo dentro de mí.
Y entonces me pediste quedar un día, y me preguntaste que qué haría si me besaras. Todo mi cuerpo tembló, y ahí me replantee que pasaría. Y llegó el día, con mis nervios por las nubes. Y tú a mi lado. Todo fue tan rápido... tan rápido como tu beso al volver hacia casa. Tan rápido como pasear de la mano, y tu sonrisa de medio lado, y tu mirada hipnotizante.
Y solo somos amigos, nada más. Amigos que se dicen cosas bonitas, que se besan, que se dan la mano. Yo soy tu amiga, que busca tu mirada entre la gente, que se pierde en las clases pensando en ti, que no entiende el concepto de tiempo, que se ha enamorado de ti. Y que la ha cagado. Que ambos sabemos que yo soy la única que siente esto, que tú me ves como la chica graciosa. Y esto empieza a parecerse a lo de siempre. Y estoy harta de ser tan tremendamente idiota, de no aprender, de cometer siempre el mismo error. Y no quiero perderte "amigo" realmente no quiero que te alejes de mí. Porque te quiero, me he enamorado de ti, y no lo entiendo.

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