Tras dormir en tu pecho
soy mar en calma.
Mis complejos se desvanecen por las esquinas
y mis pesadillas parecen menos reales.
La luz de tu mirada me mantiene estática,
eres inabarcable.
Sé que no te irás,
no huirás de mi desorden,
me acompañarás en el desastre.
Entre mis escombros resurges,
construyendo cimientos más fuertes
tras cada terremoto.
Ojalá me sigas viendo así de bonita
cuando empieces a conocerme
y te des cuenta
de que mi cuerpo lo forman las sombras.
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