A veces me planteo el abandonar.
El dejarlo todo en el suelo y salir corriendo.
A veces me planteo tirar nuestro amor por un precipicio, para que se despeñe y no pueda volver a renacer de entre las cenizas. Porque el amor cuando se quema no muere, porque la pasión arde más que cualquier fuego, y las brasas se mantienen encendidas durante mucho tiempo. Y esas brasas, acabaran por quemarme a mi también si dejo que se apague este sentimiento
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