Caminando por la casa
con ese andar fluido,
recordándome al viento,
tu elemento por naturaleza.
Esa sonrisa de ojos brillantes,
tu tono alegre,
un abrazo por sorpresa,
tu búsqueda en mi cuerpo,
Tu brillo. Es tu brillo.
Emoción entre las luces y la lente,
Te perdiste en el camino de vuelta,
nos encontramos en un disparo temporal,
fotos en el tejado, fuera de la piscina
en la que sumergí mis sensaciones.
Solo esperaba otro suspiro de tu boca.
Tu piel bajo mis dedos sonaba como un arpa,
tu pelo una marea con resaca.
Tumbada sobre mí en medio del agua
hacías que el mundo pesara un poco menos.
Remar y beber,
reír y salpicar.
Me calmas el alma con esa sonrisa.
Andar entre el maíz,
los crujidos bajo nuestros pasos,
la tierra húmeda,
nuestros cuerpos unidos.
Caricias y besos,
sentimientos desprovistos de etiquetas,
magia en cada poro de nuestra piel,
con los ojos cerrados te veía incluso mejor.
Mirar al cielo,
la estrellas entre el maizal,
las hojas como techo y la tierra como sustento.
Buscando un bosque encontramos el deshielo
de nuestro pecho frente al frío eterno.
Mi presión en tus ángulos
y tu tensión en mis sueños.
Quise volver mil veces,
reencontrarte en aquel campo,
tumbada conmigo,
respirando profundo,
dejando tu viento soplar,
dejando a mis llamas arder.
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