miércoles, 17 de agosto de 2016

Esta tristeza.

Estoy tan triste... No sé si es decepción o dolor. En el momento me dolieron tanto sus palabras que no sabía ni como contestarle. Me afectó. Tuve que soltar cualquier tontería sin pensar para que no se notara que me sentía como si me hubiera golpeado el estómago. 
No puedo entender como esas caricias no significaban nada para él, como es que no sentía nada especial al rozar mi piel, sólo una chica más. 
¿Cómo él puede sentir tan poco sintiendo yo tanto? 
Al principio era curiosidad, luego fue deseo, ahora es... Inexplicable. No sé qué me está pasando. Me duele el pensar que puede ser besado por otra, me duele el pensar que lo nuestro es una mera diversión. Y todo porque yo lo quise así. 
No tengo claro lo que quiero, pero me ha dolido tanto lo de esta noche... ¿Que él no quería nada conmigo cuando ella le pregunto? ¿Y por qué nos besamos aquel viernes? La excusa del alcohol no me sirve. Al día siguiente estábamos igual que aquella noche, y ya no había substancias a las que culpar en nuestro cuerpo.
Sus besos son encantadores, me hacen moverme como una serpiente a su alrededor. Juego con sus labios, con su cuello, con su mirada, con sus dedos. Dios, me tiene tan enganchada a su piel que no sé qué voy a hacer cuando empiece el curso y casi ni le vea. Sinceramente, me siento estúpida. Le estoy dando la oportunidad de joderme por dentro.
Lo peor es que no puedo controlarlo. Tanto tiempo evitando una relación seria y queriendo sólo diversión para que al final llegue él y me cambie los tornillos de sitio. 

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