Mirándote desde la barra
te veo triste relucir,
un candelabro apagado,
tus llamas a punto de resurgir.
Escuchas voces lejanas,
recuerdas a tierra y marfil,
me suenas en tristes campanas,
te sueño yo ahora sin fin.
Consuelo mi ego en tu espalda,
deseo tus versos sin ti,
me suenas a caña y arena,
me nombras y quiero sentir.
Remueves abismos de ausencia
solo con verme fingir
que no me importó que estuvieras
y ahora no escriba sin ti.
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