Siempre la última oportunidad. Escapo de tu calma por si llega mi tempestad. Al otro lado del andén, esperando un tren inminente. Gritan las vías, no puedo mantenerte la mirada, te tengo miedo. Miedo al desencanto, a la desilusión y a la decepción. Contigo es siempre un paso en falso. Te observo y escucho las manecillas del reloj girar a toda velocidad, un sonido constante que me hace pensar en cada grano de tu arena. Impasible ante el hecho de que el tiempo pueda acabarse, de que ya se nos esté acabando. Tu tranquilidad crea anticiclones en mi cabeza. Me siento contigo, con la continua sensación de que esta vez será la última que me acerque. Siempre escapo, el tiempo contigo escasea y mis miradas no llegan a avisarte. Y tú, ¿seguirás esperando un después?
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