Todavía sueño contigo, te recuerdo por las calles, te busco de vez en cuando, pero he aprendido que puedo seguir sin ti, y que ya no me leas ni me pienses ha dejado de importar, solo es una parte de mi realidad que debo asumir.
Por momentos me acuerdo de ti, sentado en el bar, mirándome. Yo también te miraba, pero intentaba disimularlo, pensando: "Seguro que me mira así porque me detesta", intentando reírme para demostrarte que me iba muy bien sin ti, que era feliz, que había avanzado. Todo mentira.
Por momentos recuerdo esa escena, tú en una punta y yo en la otra, en el mismo bar donde nos conocimos, con la misma gente, pero separados por desconocidos y tiempo de dolor intercalado. Frente a mis ganas de huir estaban mis ganas de correr hacia ti para besarte de nuevo.
Pero me decanté por la primera.
Por momentos me veo yéndome de aquel bar, sin mirar atrás para comprobar si tú seguías observándome, ignorando mis ganas de mantenerte la mirada, de intentar averiguar lo que estarías pensando. Simplemente me tragué las lágrimas y seguí andando.
Sabía que no me seguirías esta vez.
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